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COMO LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL PUEDE INFLUENCIAR EN LA DESINFORMACIÓN.


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Al contrario de hace unos años atrás, el momento tecnológico actual ha permitido la aparición de varios medios de comunicación y los propios ciudadanos, que hasta entonces solo recibían información, ahora se han convertido en vectores activos para la propagación de hechos y esto le permite difundir su propia versión y opinión independiente.


Así fue como, poco a poco, los medios tradicionales efectivamente periodísticos enfrentaron una crisis de credibilidad global porque la era de la posverdad ha creado un paradigma en cuanto a la realidad y las emociones de los que absorbemos información. No son muchos los usuarios que consumen información directamente al acceder a las páginas o portales virtuales de dichos medios y corroboran la información en otras fuentes para tener una mejor visión de lo que acontece en el momento. Lo más normal hoy en día es que los usuarios obtienen las noticias directamente a través de redes sociales, de aplicaciones y nota de voz de algún servicio de mensajería electrónico.


En el escenario político, principalmente, cada usuario puede convertirse en productor o difusor de información, ya sea verdadera o falsa. Es decir, compartir contenido falso termina siendo una de las armas poderosas de la guerra política, que culmina en el uso masivo del término anglosajón "fake news", especialmente por los partidarios de un candidato o candidata. Por lo tanto, la libertad de expresión lentamente pierde su esencia de credibilidad, para ser utilizada principalmente por políticos y usuarios contra la información que no les agrada, incluso si es cierta. En otras palabras, el término "fake news" terminó convirtiéndose en un arma en la batalla virtual, para desprestigiar incluso el contenido real.


A continuación, enumero tres formas de desinformación o formas de propagación de falsedades donde se puede hacer uso de la tecnología y/o inteligencia artificial para lograr distorsionar la percepción de muchos lectores:


1. Sátira: esta es una noticia fantástica, creada en un tono cómico y sarcástico, que no pretende engañar al lector, pero puede tener el potencial de hacerlo.


2. Contenido fabricado: es el tipo más grave de información errónea, ya que es totalmente artificial, falso y nocivo.


3. Manipulación del contexto: se produce a través de la distorsión del escenario en el que se transmitió cierta información o imagen auténtica con un titular tergiversado.


Es grave y preocupante que la manipulación de titulares, contextos o la invención de noticias falsas, sea por usuarios que han puesto la tecnología al servicio de la desinformación, utilizando diversos softwares que permiten que los vectores de desinformación manipulen aún más al público, por ejemplo, a través de los llamados “bots” que no es más que un programa informático camuflajeado en muchas identidades ficticias de usuarios, que realiza de forma repetitiva una tarea para lo cual ha sido programado.


Existen otros programas informáticos que permiten reemplazar con éxito escenas de un video en el que una persona habla o hace algo con otros que no aparecen en la grabación original y a través de la identificación automática de los cambios faciales en el sujeto al pronunciar fonemas, es posible programar un algoritmo para que rompa pequeños tramos de movimiento de la cara mientras pronuncia ciertas palabras y cambia su fisonomía, de modo que el labio, el movimiento facial y su voz correspondan a un discurso totalmente diferente.


Resulta que luchar contra la desinformación digital es muy difícil. hasta el día de hoy no existe ningún Poder Judicial en el mundo que haya logrado mantenerse al día con la velocidad con la que se crea y difunde contenido falso. Aunque existe un avance por parte de Alemania que está utilizando un buen modelo para evitar estas prácticas, con la ley NetzDG o Ley de cumplimiento de la red en la cual esta ley obliga a las grandes plataformas como Google, Facebook, Twitter, Instagram, entre otras, a tener un redactor responsable en su territorio para detectar las noticias falsas y bajarla de la red, así cada agente involucrado (usuarios, redes sociales y medios de comunicación) tiene responsabilidades de acuerdo con su participación, pero siempre respetando la libertad de expresión, el pluralismo de los medios y los derechos de los ciudadanos. La pena para quienes infringen esta ley puede alcanzar hasta 5 millones de euros.


En República Dominicana tenemos la ley No. 53-07 sobre crímenes y delitos de alta tecnología. la cual en sus artículos 21 y 22 dispone lo siguiente: “Artículo 21.- Difamación. La difamación cometida a través de medios electrónicos, informáticos, telemáticos, de telecomunicaciones o audiovisuales, se sancionará con la pena de tres meses a un año de prisión y multa de cinco a quinientas veces el salario mínimo. Artículo 22.- Injuria Pública. La injuria pública cometida a través de medios electrónicos, informáticos, telemáticos, de telecomunicaciones, o audiovisuales, se sancionará con la pena de tres meses a un año de prisión y multa de cinco a quinientas veces el salario mínimo”. Esta ley es una buena herramienta legal para casos específicos, pero queda un tanto ambigua para evitar la difusión de noticias falsas.


El hecho es que en este escenario actual de guerra virtual entre usuarios de Internet y la difusión de materiales falsos como nunca antes, cada usuario debe ser consciente de lo que accede, interactúa y comparte en cada red. La desinformación ya es una realidad y tarde o temprano, todos los usuarios pueden encontrarla.

 
 
 

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